Muy cerca de donde dormíamos estaba el parque de Monza, un gran pulmón verde de 688 hectáreas dentro de la ciudad. El parque tiene 14km de perímetro y es el parque cerrado más grande de Europa.
Al parque se puede entrar por cinco puertas principales, la de Monza, la de Vedano, la de Biassono, la de San Giorgio y la de Villasanta. Existe una calle que atraviesa el parque (viale Cavriga), pero ésta solo es viable los días entre semana.
El parque fue construido en 1806 como complemento de la Villa Real, ubicada en la zona sur del parque. En el 1922 se construyó el Autódromo Nacional de Monza, ubicado en la zona norte y que éste se sitúa en el interior del parque.
Villa Real, cara sur
Villa Real, cara este
Antigua parabólica del circuito, cara sur
Antigua parabólica del circuito, cara norte
La mejor forma de recorrer el parque, debido a su inmensidad, es con bicicleta o con carruajes de caballos (adivináis como lo hice yo? ;P). Se pueden alquilar ambos en una de las entradas, donde también existe un aparcamiento de coches.
Canal, cerca del aparcamiento
Dentro del parque se encuentra una biblioteca y diferentes esculturas, entre ellas destaca Voliera per Umani, obra de Giuliano Mauri (una especie de nido gigante); y Lo Scrittore, un escritorio con su silla imponentes, obra de Giancarlo Neri.
Biblioteca
Esculturas cercanas a la biblioteca
Voliera per Umani de Giuliano Mauri
Lo Scrittore de Giancarlo Neri
El parque también tiene una zona donde hay animales como vacas y burros, pero sin duda, el mayor atractivo de este lugar es el poder tumbarte en la hierba a hacer un picnic en el fin de semana, un auténtico respiro para sus habitantes.
Blosg de Raulito 
Deja un comentario