Este sábado aproveché que estaba en Tarragona para salir por esta zona desde casa. Con las prisas del «que salgo que no salgo» por la lluvia que había caído por la mañana, no había cargado el GPS y la cámara de fotos a punto estaba de fallarme. Así que me fui sin mi asesor de rutas, en modo aventurero (ya conocía algo la zona).
Justo después de comer y para aprovechar el máximo de horas de sol cogí mi Iron (hay que sacarle el polvo de vez en cuando!) y me fui fuera de la ciudad para poder bajar al margen izquierdo del río Francolí. Esperaba poder pasarlo por donde yo creía sino quería mojarme de lo lindo.
Empecé a subir por el margen del río dirección Constantí. Enseguida comprobé que las lluvias de la mañana habían calado lo suficiente en el terreno como para llenarme de barro yo y la bici. Mi intención fue llegar al puente de la autopista, que a causa de las obras del tercer carril se podía pasar al otro lado del río y así poder ir al Pont del Diable (aún no conocía el otro itinerario desde San Pedro y San Pablo, soy nuevo en la ciudad!).
Cual fue mi sorpresa que las obras ya habían acabado y no pude pasar el río por este sitio. Decidí ir hasta el paso que hay un poco más para arriba, a la altura de San Salvador y que conecta con el camino que va hacia Constantí. Llegué al paso y a punto estuve de pasar, pero el río estaba bastante crecidito desde la última vez que lo pasé.
Fastidiado porque ya no sabía que ruta iba a hacer decidí ir hacia la refinería a ver que me encontraba para pasar el río. Finalmente llegué a las obras del AVE y aquí pude pasar el río (a la tercera va la vencida). Pero estaba un pelín alejado de San Salvador así que me tocó retroceder por algún camino que encontré.
Llegué a San Salvador y cruce la carretera y bajé hasta San Ramón, lugar donde sabía que había un camino que llevaba a el Pont del Diable pero no sabía donde estaba. Investigando lo encontré y pude llegar al fin. Había terminado la pequeña odisea.
Los circuitos
En la zona del Pont del Diable existen tres circuitos para hacer a pie, el rojo, el azul/verde (depende de los postes si están descoloridos o no) y el negro, de menor a mayor dificultad. El negro es el más largo con poco más de 5km.
Empecé por el circuito rojo, que transcurre mayoritariamente por una pista ancha con no muchas pendientes tanto positivas como negativas. No lo acabé, porque cerca del final me metí por el cortafuegos a hacer el loco.
Inscripción del Día del Árbol
Una vez llegué al principio de nuevo, empecé el circuito negro que mayoritariamente transcurría por senderos. Es un circuito muy bueno para coger técnica como de subida como de bajada, de subida para saber hacer frente a los repechos con piedras difícilmente puestas en el camino y de bajada por mantener el equilibrio y jugar con la posición del culo, adelantándola o atrasándola en función del grado de la pendiente o del tamaño de la roca que se avecina. En la bajada fue donde noté la falta de seguridad que me proporciona la Pitch. Ahí es donde se nota el papel de una buena horquilla y de unos buenos frenos. Para que os hagáis una idea de la tensión y el grado de pendiente negativa que tenía el circuito, se me sobrecargaron los antebrazos como cuando bajé el Zebollar.
De vuelta me crucé con un PR, que por equivocación cogí y fui a parar a San Pedro y San Pablo, detrás de las piscinas. Sin quererlo había descubierto la otra ruta de ida. De ahí me metí en un parque que hay en Països Catalans y bajé de nuevo a la ciudad, buscando un lavadero para poder quitar todo el barro a la bici, antes de meterla en casa. Ya os aviso que en el lavadero que hay en el polígono Francolí se puede lavar la bici (para que no seáis primos y os vayáis a la gasolinera que está cerca de Icomar y que no se puede lavar).
Finalmente me fui para casa habiendo hecho 30km en escasas 2h, está muy bien para quitarme el mono de bici que tenía acumulado. No descarto volver a ir para practicar la técnica.
En BdR | Subida al repetidor del Zebollar en MTB + Vuelta por Constantí
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