
Como aparentemente hacía buen día y no tenía nada que hacer, mi hermana y yo hemos ido a hacer una excursión con el coche por La Mussara. De camino hemos parado en lo que era el antiguo Campamento Militar de Los Castillejos.
Os cuento un poco la historia de este campamento. En la
Guerra de África (1859-1860) tuvo lugar la Batalla de Los Castillejos en un valle del mismo nombre. Allí se lució el
General Prim y la reina Isabel II lo recompensó con el marquesado de Los Castillejos. Ya en la península, los descendientes de Prim cedieron al ejército unos terrenos ubicados en La Mussara para inaugurar un campamento en 1951. En honor a Prim el ejército lo bautizó como Los Castillejos. Este campamento era una universidad de verano al aire libre y durante más de dos décadas fue la 3ª Zona de la Instrucción Premilitar Superior (IPS).

En el campamento se formaban Caballeros Aspirantes a Oficial de Complemento de las Armas de Infantería, Artillería e Ingenieros, durante los tres meses de la época escolar (junio, julio y agosto). Todos ellos estaban aglutinados en tiendas de lona y en algunos barracones. La población podía llegar a ser de 4000 personas. En el año 1972 recibió la última promoción de las Milicias Universitarias.

En lo referente a la visita, hemos llegado por la carretera que sube de Alforja y hemos tomado el desvío dirección Arbolí. Una vez llegando al campamento nos hemos encontrado con la antigua pista americana, y como no, hemos hecho el recorrido!

Primer obstáculo, parece fácil pero no lo es

Zona de alhambre de espino
Las “zamburguesas”
Una valla de madera
Un poco de equilibrio
Pared, le faltan las cadenas
Pasos de cuerpo a tierra
Rampa de saltos
Mini piscina
Muro de las lamentaciones
Más equilibrios
Pequeños charquitos
Una vez que ya habíamos hecho el chorras en la pista americana hemos seguido hasta adentrarnos más en el campamento. En primer lugar hemos visto la zona de deportes.

Campo de futbito/baloncesto
La piscina, no cubre
Después de esta zona y cerca de la explanada principal nos encontramos con el depósito de agua y una especie de barracones.

Depósito de agua, marca ACME
Barracones
Merodeando por los barracones te podías hacer a la idea de como era la vida en el campamento. Al lado de éstos estaba lo que parecía un taller, por sus restos de grasa y los agujeros en el suelo (donde se meten los mecánicos).

Foto de lo que sería el taller mecánico
Nos hemos adentrado más en la zona de los barracones y hemos visto el edificio de lo que eran las duchas (por los azulejos) y lo que sería la panadería, con sus hornos y amasadoras.

Edificio de las duchas
Creo que los hornos de pan
¿Amasadoras de pan?
Otro horno
Siguiendo por la misma zona, nos hemos encontrado con una especie de lavaderos y lo que parecían los comedores, dos salas inmensas situadas en dos pisos.

Lavaderos
Comedores
Al salir de esta zona atravesando un barracón, mi hermana y yo, hemos vivido una escena un tanto surrealista. Íbamos hablando de que pasaría si nos encontrábamos con un cadáver y de repente vemos un esqueleto de algo (perro, oveja…) colgando de un cable y al lado un barril con una lumbre encendida, pa cagarse! Después de esta experiencia hemos paseado por lo que sería una especie de jardín hasta llegar a la zona descubierta (donde se harían formar a las tropas) aquí hemos entrado a la capilla y al teatro/cine.

Capilla
Cine/teatro, las butacas estaban por ahí tiradas
Ya para acabar volvimos a la zona de la entrada donde hay como un jardín con una especie de jaula y a parte el depósito de agua junto a un torreón.

Escudo del ejército
Aquí debían encerrar a la cabra, o a los que se portaban mal
Garita
Vista del depósito y del torreón
Y aquí acaba la visita al campamento abandonado. Es curioso de ver y hace gracia porque a medida que vas caminando y viendo los diferentes edificios, te imaginas como debía ser en sus buenos tiempos. Ahora, es un lugar idoneo para hacer raves, jugar al escondite, jugar al paintball y demás cosas. Pero una cosa sí, nunca iría de noche.
See you!
Se dice se comenta